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sábado, 7 de julio de 2012

Liderazgo, Sinergia Social-Cognitiva, Política y Desarrollo


Liderazgo, Sinergia Social-Cognitiva, Política y Desarrollo
Como afirmara Peter Drucker, “Estamos en uno de esos grandes periodos de la historia que se dan cada 200 ó 300 años...”, de hecho, ya llevamos más de una década en el siglo XXI, época que para muchos es potencialmente una nueva era para el avance de la civilización. Es un periodo que podría caracterizarse por el símbolo chino que representa a la vez crisis y oportunidad.



Nuestras instituciones, nuestras ciudades, nuestro país y el mundo entero están de muchas maneras en una encrucijada en términos de las tremendas crisis y retos que son necesarios enfrentar, y al mismo tiempo, existen infinidad de oportunidades con las cuales se pueden alcanzar enormes logros, pero estos, surgirán en la medida en que existan líderes en cada rincón de la familia y la sociedad, y en la medida en que cada uno se comprometa a desarrollar sus capacidades y aportar cada día más por el cumplimiento de dichos logros.

Lo cual implica que cada comunidad posea verdaderos líderes,  guías dinámicos y comprometidos con una transformación más profunda, que busque el cambio del fondo y no de la forma, que borre con hechos del subconsciente colectivo la frase “todo cambia pero para seguir igual”, verdadero trasfondo del discurso de muchos políticos. Pero será que acaso se posee un concepto erróneo de liderazgo, se cree que liderar es hablar e ilusionar. Olvidamos que el nuevo liderazgo requiere de competencia, visión, creatividad, carisma, entusiasmo, compromiso, planificación, aprendizaje, competitividad, piedad y fe.

Pero en estos momentos en los que se necesitan verdaderos líderes que impulsen a nuestra sociedad por los caminos dinámicos e inciertos de la Globalización, Glocalización, Integración, Innovación y Competitividad, nos encontramos atrapados por los vicios atávicos de corrupción de politiqueros que son producto de nuestro propio derecho de votar. Derecho, que si bien es cierto, adquieren todos los ciudadanos, muchos lo ejercen vendiendo su conciencia, otros como idiotas útiles, otros con conocimiento y finalmente para los que nada importa y ni siquiera lo ejercen…


Con este panorama se desarrolla la sociedad colombiana, la indiferencia de muchos, ingenuidad e inocencia y descaro de otros es el nutricio caldo de cultivo donde se desarrolla la política y los lideres colombianos, por lo tanto, cómo se puede pedir que aprendan a “leer textos y contextos” si hasta los “honorables padres de la patria” no les importa ni leer una “Reforma a la Justicia”, pero claro si muchos de ellos saben y practican el adagio popular de que la “ley es pa los de ruana”.


Entonces, como se puede pedir un contexto propicio para que surjan las comunidades y organizaciones inteligentes, la productividad, la innovación y la competitividad, si lo que se tiene es un “subdesarrollo político” generado por la “indiferencia” y la cultura del “extremismo folclórico” reinante en unas sociedades. Considerando al primer término (“indiferencia”) como la falta de identidad, compromiso y responsabilidad con el país de donde se es oriundo y con sus conciudadanos, lo cual conlleva ni el mínimo asomo de preocupación y reflexión por la sociedad en la cual se vive; y, el segundo término (la cultura del “extremismo folclórico”), como la actitud que toman ciertos conglomerados de seres humanos de irse a los extremos, por ejemplo, si la selección Colombia gana es la mejor del mundo y, automáticamente, la euforia cunde por los diferentes rincones, desmanes van y vienen, pues ya somos campeones, pero si pierden… brota la frustración, la ira e impotencia y son los más malos de ese mismo mundo… entonces, otra vez hay desmanes, bonches y peleas. La homeostasis psicológica y social no existe en estos contextos.


Pero cuando eligen a seres que no tienen la gallardía de aceptar errores como paso con la cacareada “Reforma a la Justicia”, y que todavía se echan la culpa unos a otros, y muchos ciudadanos ponen el grito en el cielo y se rasgan las vestiduras, muchos de ellos en estos momentos si no se acuerdan de que en los días en los cuales les dieron la oportunidad de ejercer la democracia o la vendieron y/o la olvidaron, para que los mas protervos especímenes dirigieran no solo el futuro de un país, región, departamento y/o municipio, sino el de cada uno, incluidos el de sus hijos.


Si existe subdesarrollo político, como no va a existir corrupción y cómo va existir desarrollo económico y social. Pero en honor a la verdad hay que aclarar que la “Política” como ciencia no es la culpable, pues en la medida en que la “Ciencia Política” es un saber -una ciencia, vale la redundancia-, debe ser una ciencia aplicada”, pues, sus tareas son prácticas, sus teorías se ven a la vez retadas y nutridas por esa práctica. En estos sentidos, la ciencia política se asemeja a otras ciencias aplicadas tales como la medicina y la ingeniería. Cada una de estas ciencias aplicadas aprovecha un gran número de ciencias fundamentales en lo que toca a hechos y a métodos para enfrentarse a sus propias tareas, Los politólogos acuden a todas las ciencias del comportamiento humano como la psicología, la sociología, la economía, la antropología, la historia, la filosofía, la pedagogía y la teoría de la comunicación, entre otras, y lo hacen para ayudar a la gente a mantenerse en paz, libres y capaces de cooperar, de manejar sus conflictos y de tomar decisiones comunes sin autodestruirse.


Aquí se puede situar, entonces, el papel de los movimientos sociales. El gremio es el órgano institucionalizado de expresión de una clase o sector social. Para llegar a constituir una organización gremial se requiere haber alcanzado una gran coherencia interna, haber obtenido reconocimiento social e incluso jurídico. El movimiento social, en cambio, expresa una necesidad común no reconocida socialmente, una identidad colectiva en formación, un con­flicto hasta ahora ignorado por el conjunto de la Sociedad y por el Estado. Es aquí donde se necesitan líderes que promulguen y promuevan el desarrollo de sociedades inteligentes, ciudades inteligentes y organizaciones inteligentes, pero para llegar a ello se requiere de “sinergia social-cognitiva”.


Entendiendo la “sinergia cognitivo-social” como ese pensamiento social construido a base de concientización, articulación de conocimientos y saberes, dentro de una perspectiva cuya visión y misión no solo sea incluyente sino participativa. Así, surge un sistema de interacciones entre dos o más actores o centros de acción, del cual surge la sinergia que los envuelve en un propósito común.


La “sinergia social-cognitiva” surge porque en conjunto los actores sociales se encuentran de acuerdo con unos modelos con los cuales se deben crear y/o recrear los satisfactores a las necesidades humanas, de los demás seres vivos (animales no humanos) y el medio ambiente, donde cada uno aporta a sus interacciones sus potencialidades y disponibilidades, pero, no es solo incluir las experiencias, creencias y objetivos, también es compartir, tolerar, ser prudentes y sensatos. Para lograr este propósito común se requiere la coordinación y consenso comunitario de pensamientos e ideales construidos con base a un verdadero proceso de “comunidad de la indagación”, donde el conocimiento (la búsqueda de la verdad), sea la “energía” del contexto sinérgico.


De acuerdo a Sergio Boisier[1] (2003), esta incorporación de energía recibe el nombre de “sinergia cognitiva”, energía, según el autor, puede ser de naturaleza variada como sentimiento nacional, recompensa material o inmaterial, o como la satisfacción al logro. Pero esa energía hay que llevarla más allá de los límites de los objetivos personales, por eso Boiser la concibe como “la capacidad colectiva de realizar acciones en común sobre la base de una misma interpretación de la realidad y de sus posibilidades de cambio” (Boiser, 2003).


Entonces la “sinergia social-cognitiva” es ese construir, reconstruir y compartir esa energía en forma de conocimiento, análisis, reflexión, gestión y acción en pro de un bien general y común a una sociedad. Aquí el paradigma socio-histórico de Vigotsky entra en acción puesto que propone que el ser humano posee unos procesos de pensamiento elemental y superior. Los procesos de pensamiento elementales (PPE), son aquellas capacidades con las cuales cada ser humano nace, son las funciones naturales y están determinadas genéticamente, se podría decir que es todo lo que nos “acerca” a los animales no humanos, es decir, las conductas impulsivas y el instinto, por ejemplo. Los procesos de pensamiento superiores (PPS), son aquellos como la percepción, la memoria, la atención, el pensamiento, el lenguaje y la resolución de problemas, son producto de la interacción social, se podría decir que son esas capacidades que se desarrollan por intermedio de la interacción social con el “Mundo de la Vida”. Puesto que el individuo se encuentra en una sociedad específica con una cultura concreta, los procesos psicológicos superiores están determinados por la forma de ser de la sociedad, están mediados culturalmente. El desarrollo del individuo se encamina a un proceso de desarrollo pleno en la medida en que se apropia, hace suyas e interioriza las habilidades y capacidades interpsicológicas.


En este paradigma socio-histórico de Vigotsky, este escenario es el cultural, Tomassini (2000) plantea que las economías se orientan hacia la producción de significados, de tal forma que las sociedades, la educación y el consumo se mueven en mundos virtuales, con opciones de múltiples alternativas potenciales. Por ello, la valorización hacia los gobiernos, las mayorías electorales y los equilibrios macroeconómicos están relativizados por la importancia que toma el surgimiento de la emergencia de preocupaciones en torno a la calidad y nivel de vida, la participación social, la elección de estilos de vida propios, el respeto a los derechos, la educación, la igualdad de oportunidades, entre otras necesidades que debería valorizar al ser humano, pero que en ciertos contextos son suplidos con satisfactores de alto nivel para unos pocos y retazos para la mayoría.


De lo anteriormente expuesto, y a manera de conclusión, se precisa que exista la “sinergia social-cognitiva”, pero ella debe ser impulsada por verdaderos líderes que partiendo de la complejidad y la dinámica inmersa en el siglo del “conocimiento y la información”, evidencien lo impredecible y gestionen el desarrollo en términos científicos, y bajo la búsqueda de la verdad y el bien común comprendan el objeto de la política y desarrollen la misma como lo que es y no como lo que muchos pretende que sea: “un concepto ilusorio, una pantomima y un método del engaño y mentira hacia los que los eligieron, todo con el propósito de enriquecerse”.


Lo cual significa que no hay que depurar a la política, hay que transformar los saberes y creencias culturales de la sociedad para que estos ejerzan la democracia y en un movimiento sinérgico estructuren a sus líderes que, a su vez, impulsen el desarrollo de un barrio, vereda, municipio, departamento, región y país, y porque no, del mundo. Con lo cual, se creara un ambiente que respete y practique valores universales, como la libertad, la democracia, la justicia, la paz, la solidaridad, la igualdad, la ética, la idoneidad, la prudencia, heterogeneidad y alteridad, entre otros, sin los cuales no podría ser pensado el verdadero desarrollo sustentable a escala humana, social y medio ambiental.

Miguel Ángel Gutiérrez G.

MAG.

Bibliografía:

§  CARTIER William. Ciencia Política: Una crítica, en Rubén Sánchez (comp), El estudio de la Ciencia Política en Colombia, Bogotá: Departamento de Ciencia Política, 1993.

§  LUCIANO Tomassini, L. El giro cultural de nuestro tiempo, en capital social u cultura: claves estratégicas para el desarrollo. Buenos: Aires Fondo de Cultura Económica, BID, 2000.

§ BOISER, Sergio. Knowledge Society, Social Knowledge y territorial Management. Documento de Trabajo, No. 5. Sevilla: Instituto de Desarrollo Regional, Fundación Universitaria, 2001.

§ ________ ¿"Y si el desarrollo fuese una emergencia sistémica? Revista del CLAD Reforma y Democracia, No. 27, 2003.

§ ­­­­­________ Conversaciones Sociales y Desarrollo Regional. Talca: Editorial de la Universidad de Talca, 2000.


[1] Economista, Universidad de Chile; Master of Arts in Regional Science, Universidad de Pennsylvania, USA. Consultor internacional independiente y Presidente del Centro de Análisis y Acción Territorio y Sociedad (CATS).

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10 comentarios:

  1. Muy buen artículo me sirvió mucho.

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  2. Es un buen material espero que el blog siga ofreciendo esta clase de documentos.

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  3. Esa es la verdad, todos debemos de aportar para cambiar la situación.

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  4. me uno a mafer. que buen articulo.

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  5. de verdad hay que pensar para que se vota o votar en blanco

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  6. Me parece un documento interesante, quisiera que tuviera una continuación porque es un tema que debe seguir desarrollandose.

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